FANZARA:

Pasado y Presente

 

Las condiciones estratégicas del término de Fanzara lo han convertido en lugar de poblamiento continuo de diversas culturas prehistóricas e históricas, poco estudiadas hasta la fecha.

Se han encontrado puntas de flecha en la zona de El Llano, junto al río Mijares.

Existen diversos pobladores de la época del bronce (Turio, Castellet, Chirlán), de la época ibérica (La Partida, Turio II, Esteñadas), restos de la época iberorromana en La Lleuxa, Casales y la Loma. De la época árabe El Castellet y de la época menieval los núcleos de la Lleuxa, Alcudia y Fanzara.

El municipio de Fanzara es de origen medieval, surge sobre una base preexistente de cultura árabe como punto de apoyo, y por este motivo las calles se adaptan a la topografía del terreno y tienen un trazo irregular con calles estrechas y tortuosas.

Los diferentes espacios que configuran la estructura formal del municipio están determinados por los caminos longitudinales preexistentes que a su vez sirven de soporte a las calles y vías de comunicación. Son los caminos de Aragón, Ribesalbes, Vallat y Onda.

El camino determinante en la formación del primer núcleo de población del municipio, es el camino de Aragón, actual calle del Pilar y su centro geométrico la antigua plaza de la Herrería, en la confluencia de las calles de Aragón y Corzo.

Este núcleo primitivo en el siglo XIV estaría determinado por las  calles Avivero al norte, una travesía de la calle Aragón al este, el camino de Ribesalbes (Purísima) al sur y Pedregal (San Pedro) al oeste.

En el siglo XV disminuye la población como consecuencia de las pestes y hambres

En el siglo XVI aumenta la población, llegando al máximo a comienzos del siglo XVII, antes de la expulsión de los moriscos en 1609. Este crecimiento se produce al suroeste con la consolidación de las manzanas delimitadas por las calles S. Antonio, S. Francisco, Plaza de La Iglesia, P. Del Horno (Obispo Granell) y calle Hospital (S. Isidro).

En el siglo XVII, como consecuencia de la expulsión de los moriscos disminuye la población, por lo que no existe crecimiento alguno.

En el siglo XVIII se consolidan las manzanas recayentes a la calle Purísima con fondo a la acequia Mayor.

En el siglo XIX aumenta la población, el número de vecinos (hogares) asciende a 200 según el censo del año 1861 y se distribuyen en las siguientes calles: Ribesalbes 34, Purísima 20, Plaza del Horno 9, Hospital 3, Pedregal 15, Plaza del Pozo 11, Ombría 6, Aragón 23, Corzo 5, Plaza de la Iglesia 9, San Francisco 7, Avivero 14, Montserrat 9, San Antonio 18, Arrabal de Vallat 17.

Con posterioridad y con motivo de la ejecución de la carretera en el  año 1926, se genera un crecimiento importante a través de esta via de comunicación. Es a partir de la década de los años setenta cuando se consolidan las manzanas situadas al suroeste del núcleo junto al nuevo Cuartel.

En la red de calles y callejuelas es frecuente la aparición de algunos ensanchamientos en los cambios de dirección, formando pequeñas plazas y rincones de reducidas superficies.

Estos espacios urbanos, diferenciados por su nivel de actividad, son los configuradores de la trama urbana; así tenemos calles principales, calles secundarias, calles de conexión y vías de penetración.

Las calles de principales se extienden en sentido longitudinal y se adaptan a las curvas de nivel del terreno, son las calles San Antonio, Aragón, Ribesalbes y Purísima. Las secundarias son perpendiculares a éstas y podemos considerarlas como calles de conexión. Estas calles transversales son empinadas y más estrechas.

Las vías de penetración son los principales caminos o sendas antiguas que conducían desde los límites o puertas de la villa hacia los núcleos menos importantes, conformando los arrabales desarrollados extramuros de la ciudad.

Conocer el pasado, nos permite comprender mejor el presente e ilusionarnos con el futuro.

 

Linares Edo Monfort